miércoles, 10 de junio de 2009

Atrapa

Se mueve la cortina
ondeando como los párpados
párpados como el vuelo
volando como el pastor

Dulce voz como el relámapago
Cálido sol de un cálido amargo
que se funde en el cielo ciego
retorciéndose con la luz del fuego

Ve, se quiebra el suelo en tu cabeza
No abandones a esa fiel mujer
retrata tu hambre como el hombre de aquella vez
Como aquella luna que todavía puedes ver
recuerda aquel cencerro que aún siente
y palpita y tira el aliento de la vejez
No te detengas en el camino talentoso de la falsa amargura
Helando y rascando como la Medusa que ya no sientes

Puede ser, puede ser
puede que el vuelo suelto te oriente
puede que detenga el borde de la orilla de la caída
Pero no olvides mi dulce relámpago que por el chillido de las aves nunca te dejaría
Pues nunca te dejarán ver ni crecer, te dejarán

Puede ser, puede ser
que cuando mi nube pare tu estés ahí
viendo y escuchando
como aquellos días en los que yo te vi
como ahora que tú me ves a mí

Y así va ser y así será
así será el atardecer cuando tus ojos paren
y tu corazón salte y mi mente explote

Así será cuando un nuevo rayo me atrape

Puede ser, puede ser mi dulce chata
que cuando la muerte se detenga y el tiempo nos disipe
tú sigas ahí para que yo te atrape

Por Sebastián González de León y León.

jueves, 28 de mayo de 2009

Cae el verdugo

Cae el verdugo en la carnada,
Con dolor y sin respeto mira al viejo
Se ablanda ante cicatrices en su cara y en su espalda
Mientras el viejo sonríe con ira y con venganza

Con despecho y alegría ríe de placer,
En cuanto observa como la carnada toma al enemigo
Y dulces memorias invaden la mente del ser.
Ser de lo que era un viejo amigo

La luz cubre caras conocidas
El fin llega y nadie adolece,
Una vida muere y la otra queda disfrazada.

Mi fiel compañero, mi perfecto acompañante,
Esperándome en otro lado
Vives, ya viejo, envejeciendo
Dándome la espalda, viéndome de lejos
Mientras mi cuerpo ahogado ruega por un final feliz
Y mis sueños todavía,
Siguen muriendo sueltos.

Por Sebastián González de León y León.

lunes, 23 de marzo de 2009

Perdiendo

Solo trata de perder e intentarás crear
Solo trataste de ver, la incertidumbre; amar
No puedes intentar ser, así te vas a amarrar
Puedes intentar crecer, pero solo intentar.

Sólo tu, estas sólo. Yo, de camino estoy,
Pues se como hacerlo, Una tarde como hoy
Caminando yo solo, mírate, mírame hoy
Monotonía en vilo, monotonía yo soy.

Recuerdo, podía ser, Pero solo recuerdo,
Mi alma puede hacer, como tirar un dado.
Corazón efervecer, hacerlo a un lado,
Rendirme para vender, cierto, muy mal jugado.

En un cuento muy corto, En una historia,
En un feo retrato, Con noche tardía,
Deseando un fin harto, perdiendo el día.
Perdiendo con fín corto, solo, en un corto día.

Por Sebastián González de León y León.

martes, 17 de febrero de 2009

Ser

Se deja de ser para ser,
No se existe sin cambiar,
No se existe sin crecer,
Es algo que tenemos que tolerar.

Nunca hay más que ofrecer,
Sólo un caballo y un pie roto,
Sólo un camino sencillo,
Con una vista majestuosa,
Y un arma rota,
Que te pierde en la insensatez y en la razón,
En las mujeres y en uno mismo.

Ver cómo se cae el cielo,
Cómo muere el amor,
Cómo el agua nos aplasta,
Cómo la curiosidad nos mata.

¿Quién dijo que las mariposas viven poco?
¿Quién dijo que soy único y que en el fondo vivo para siempre?
Sólo uno más, al igual que los demás
Al igual que lo que sentí ayer
Y lo que no sentiré mañana.

Ya sabemos el final,
Es cruel y bello a la vez
Pero por más miedo que provoca,
Siempre lo queremos ver.


Por Sebastián González de León y León.

miércoles, 14 de enero de 2009

El caminante

Muerto estaré mañana
Pasé desapercibido, como siempre
Como una mancha que no se quita
Como un detalle imperceptible,
Como un árbol, roído por tiempo,
Deshecho por tontos enamorados,
Pero por más tontos, no olvidados.

El árbol esta quedando sin hojas,
Solo, con sus raíces, agonizando su follaje
Ya no hay nidos en su copa,
Ni una ambiciosa oruga que coma

Solo un muerto que camina con los ojos cerrados
Acercándose a la vida, alejándose del tiempo
Siempre caminante, siempre existente,
Y muerto quedó, el vivo que salva el mañana,
El ingenuo caminante

Por Sebastián González de León y León.