lunes, 30 de abril de 2012

Armonía para animales.


A los perros les fascina la música. Tanto es así que uno de ellos decidió aprender a tocar el piano. El perro viajó por los siete mares y los cinco continentes buscando a los mejores maestros en dicho instrumento, hasta que después de años y años de práctica consiguió convertirse en el mejor intérprete de piano del mundo canino. Entre sus habilidades destacaba la capacidad de tocar Tristesse con una sola pata y la grand polonaise brillante acompañada de la filarmónica de ratones de la ciudad de Varsovia.

El perro timorato, maestro en las obras de Chopin y Beethoven, gustaba de componer canciones en su mayoría dedicadas a la magnifica sensación de morder los neumáticos de los automóviles o de hurgar en los desperdicios de los humanos, aunque de vez en cuando componía sinfonías para los gatos burlones que jugaban con estambre.

Después de un tiempo y de un sinfín de alaridos y ladridos de los perros del mundo ovacionando su música, el perro se hartó y se retiró a su casa en Abenberg. Entre tantas reflexiones caninas descubrió que no le apasionaba tocar el piano, demostrando su vehemente nostalgia por perseguir la pelota o morder a los intrusos que merodearan la casa. Se lamió una patita, se rascó la barriga y fue a lamentar tantos años desperdiciados embriagándose como de costumbre, con el agua inodora del retrete.

Por Alan Santos.

domingo, 29 de abril de 2012

Marité



En la arborescencia de las habitaciones casi llenas por tu recuerdo,
en el corazón de la manzana o en la manzana que se parte,
en el desayuno apenas mezquino porque tiene que olvidarse,
Soy un grillo contigo.

A veces hay una rata tras la puerta que toca el teclado.
A veces nuestras manos son dos alondras que se persiguen
o nuestros cuerpos son dos ríos que se templan,
y soy un grillo contigo.

Un grillo como la hierba
que susurra aliviada por el rocío.
Un grillo como el sonido más simple
de un chasquido o cerrar los ojos y oír
hojuelas llenando el plato de cereal
dentro de tus ojos.
Un grillo como posarse en tus senos
y sentir que no hay un tacto
más dulce ni más preciso.

A veces mi carne se parte como una naranja.
A veces tu silencio también me acaricia.
A veces me sabe la boca a tus labios apenas rosados como huellas
y mis cuerdas de guitarra se frotan.

En las nauseas del pasado con sus navajas rotas,
en la furia cuyo pozo está en la palma de mis manos,
en la ventana vacía e inmensa que cubrimos con  las sábanas
mis cuerdas de hombre te llaman.

Te están llamando.

Ven.

Noviembre de 2012


Por Diego Christian Saldaña Sifuentes.

jueves, 26 de abril de 2012

Extraña Marea


Extraña marea,
te ruego no dejes de
existir.
Más aún,
te ruego no dejes
deducir cada
engrane de tu insoluble presencia.

Extraña marea,
¿cómo has logrado adentrar
tus infernales silencios dentro
a mi vida?
¿Con qué
permiso,
qué solicitud,
qué creencia ocular?

Extraña marea,
¿deseabas, tal vez,
mirar la destrozada
sonrisa?
¿Deseabas, tal vez,
nutrir tus voraces ansias
del porvenir ficticio?

Extraña marea,
te ruego no dejes de
existir.
Más aún, te ruego alejar,
desubicar aquellos tus infernales silencios
dentro a mi vida.
Te ruego, también,
cristalizar aquellas tan tuyas voraces
ansias del porvenir.

Por Lucía Labra.

miércoles, 25 de abril de 2012

Permite sentir.


El apreciar un sentimiento empapado de emociones

es la experiencia más pura que el alma puede percibir.



Buscar en el exterior, es caer en perenne abismo,

creer poseerlo es mirar obscuridad en el sol,

simplemente percatas que ahí está.



Si haces historia junto a alguien, permite sentir

como florecen en ti todas y cada una de las emociones,

deja que la naturaleza de tu cuerpo sea tempano de hielo

moviéndose con suavidad a través de la tranquila agua,

concede a tu alma volar sobre el majestuoso orbe de tu sentir.

martes, 24 de abril de 2012

Quisiera, a veces

Vivencias clausuradas, simples
antes sin solución
aparente.

Quién diría que aquí
estaría, un día  
una noche cualquiera.

Si mezclara llantos voraces y
clarificara la real solubilidad tendría,
tal vez, palabras.

El día entero quiso comprender
mis noches, aquellas casi irrevocables
luces de días.

Primeramente, la carente bebida
inusual se adhiere a tan quemada 
piel mía.

Quisiera, a veces, lograr 
ese cálido abrazo suyo, aquél
repleto hasta el borde de alegrías.

Quisiera, a veces, sentir
aquella seguridad poco trascendente,
fugaz y permanente.

Porque, ambos sabemos -tú
y yo- cuánto nos queda y
cuánto no puede ya permanecer.

Por Lucía Labra

lunes, 23 de abril de 2012

3.- No busques un Shadow blanco.


Siempre tuvimos un aliado,
un [Shadow blanco]. En
Universidad y Churubusco
empezamos (verdaderamente) a andar
en un [Shadow blanco].
Nos besamos en un estacionamiento
en un [Shadow blanco]
–mucho tiempo/muchas veces/casi diario–.

De regreso platicábamos
en el [Shadow blanco]
y a veces nos dejábamos llevar,
te dije de Pico, de la morte di bacio,
(bacio, es, entre las posturas del amor corporal,
la última y la más avanzada
que figura como símbolo del amor extático”)
la última vez que nos besamos
en el [Shadow blanco].

Se llamaba “el Palomo”,
a veces paso frente a tu casa
y veo parado el [Shadow blanco]
paso en otro coche que está andando.

Ahora no busco un [Shadow blanco]
porque en uno dejé mi futuro
/ya no hacen futuros como antaño/
no lo busco, porque no hay tantos
y si lo encuentro, que no sea el [Shadow blanco...
que no sea el [Shadow blanco             ocupado            por otro].

Por Adam Vázquez.

jueves, 19 de abril de 2012

El fotógrafo


Nunca antes había visto un pétalo cornear un verso.


Un fruto colgante y maduro
con un botón al centro que huele
a dátiles.


La piel de los labios
que curvan el tejido y el tiempo
de una cara.


Una mano dormida
arando el costado.


Nunca antes había visto
los preparativos de una nuez
en el momento previo a devorar
una palabra cotidiana
ni la alegría de una pluma
que besa cualquier reproche.


Ahora me gustaría escuchar los diálogos
de los peces que se esconden en el sexo.


Guardar un silencio prudente. Transcribir.


Cuando te toco se me derriten estrellas en las manos.


Por Diego Christian Saldaña Sifuentes.

miércoles, 18 de abril de 2012

Temor a ti.





Quisiera mirarte y reflectarme en

ti, para saber que existo en tu realidad

pero sé que nunca la veré y de consuelo

me sirve saber que nadie es idóneo de hacerlo.

Es como despertar de un sueño que aún no termina,

pues todo se hace innegable cuando me veo;

atado a tu recuerdo me encuentro,

en mis pensamientos ávidos de construir

tu esencia plaga las ganas de hacerlo,  

te conviertes en ente que me estremece,

porque en un momento todo puede esfumarse,

convirtiendo lo nuestro en ofusca razón, 

pero me protejo pensando en lo perecedero de la vida,

dejando el silencio basto de actuar en lo que alguna vez fuimos.

martes, 17 de abril de 2012

Yo también te quiero


Me gustaría poder mentirte, como tantas otras veces lo he hecho, para escaparme de aquella pesada mirada tuya que condena con el peso de mil suelas, y así surjan de la nada un par de risillas tontas con las que espero me perdones absolutamente todo. Pero no; el inmenso acervo de mentiras que poseo (el cual alguna vez consideré infinito) se me ha agotado con el transcurrir de los años, por lo cual hoy he optado por una salida que si bien no es tan elegante sí es más efectiva y más degradante: la verdad. Me mantendré fiel a los hechos y te los expondré sin inútiles rodeos, sin miedos, como aquel que habla con la autoridad de la pesadumbre justificada y se entrega a su verdugo con el pecho bien erguido, esperando únicamente el correspondiente mas no justo castigo. Así me mostraré ante ti para que no tengas otra opción (tal vez después de un par de reproches) que sentir lástima por mi persona y no sólo me disculpes por mis miles de estúpidas faltas sobre las que me vi obligado por necesidad a incidir, sino para que me pidas perdón por haber sido tan dura, tan incomprensiva, tan falta de tacto. Perdóname por haber sido una ciega y no darme cuenta de tus múltiples problemas que te llevan a actuar como lo has hecho, me dirás mientras que con lágrimas corriéndote por el rostro, te me entregarás sin tregua para encontrar refugio en mi pecho.

Más tarde me gustaría ir por un helado.

Por Alonso Pi

lunes, 16 de abril de 2012

Historias de Jardín.

Los niños son esos seres diminutos y frágiles que andan dando vueltas por el patio de la casa y ensucian los sillones con plastilina y mocos. Caminan de un lado a otro con sus pasos torpes e intermitentes buscando aventuras diversas en la inmensidad del jardín. Cuando de la nada se les aparece la criatura misteriosa, el ser enigmático que todo crío quiere conocer. Se acercan tambaleantes, inseguros, hasta que arriban a la esquina del jardín donde crecen los geranios, y admiran con asombro a los animales de seis patas coloradas y cabeza espacial.

Después de unos instantes pierden el miedo a lo desconocido y como buen ente humano comienzan a pisotear despiadadamente a las criaturas que corren despavoridas de un lado a otro buscando salvación sin encontrarla. Pobre Formicinae, vienes al mundo a ser aplastada por los vástagos de  entidades gigantescas con complejo de superioridad y de grandeza. Nunca te fíes de un humano. Menos de los que aparentan ternura y delicadeza.


Por Alan Santos.

domingo, 15 de abril de 2012

La verdad equívoca te la digo

Diluidas melodías compactan nuestros sentidos raramente transformados. 
Me preguntas: "¿qué sucede?" La verdad equívoca te la digo.
Vamos, ven conmigo a donde paralelas realidades esperando están.
Te propongo suponer vivir en aquel alterno mundo de realidades compuestas, complejas.
Aquel, sí, aquel mundo cual retenidos nos mantiene desde el día que nos conocimos. Éramos tan pequeños, 
mas aún, la vida nos escapó hacia aquel espacio relativo, carente medido al tiempo. Sin miedo, vamos juntos. Allá nos hemos 
encontrado ya. 

Supón que, aquel opuesto paradero incapaz de vislumbrar nos espera. 
Supón que, aquellos, nosotros, estaremos esperándonos también. 
Supón que, al mirarnos, igual nos fundiremos en eterna alegría
solemne, insabora.

Ven, vamos, ven. 
Aquí ya no estamos.
Hace falta sólo percatarnos del turbulento sonido 
rodeándonos,
hacia la cumbre,
hacia lo eterno.

Por Lucía Labra.

jueves, 12 de abril de 2012

Aullido Absurdo

El sonido entra

La cascada de jade se estira

La forma toca
El trazo se remarca

El color permea
Respiran los sentidos

El aroma se despierta
Y sólo queda esto, sobre todas las cosas. 

Los trenes llegan aquí
De aquí salen los recuerdos
De aquella sal que se adhiere a las rocas. 

De lo único que es cierto; aquello que no tiene límites. 

Lo que no saluda ni se despide
Lo que no acostumbras
La espontánea caricia
La roca al final del peñasco.

El beso blanco del amante cuerdo
La sonrisa elegante detrás del cigarro
Una duda que te asalta para que no duermas,
Aquel gesto noble que te quita el sueño.

Sentir por dentro al sol, incendiándote la cara
Cuando el cuerpo muere, el alma aúlla, 
Toca la piel quemada del cielo razo 
Se sumerge en la cascada de jade que une al mar con el cielo, 
Y de ahí respira tu mirada. 

Venenoso arte
de Venus
Verdor 
de 
verdes
ojos 
verdes.

Por Elu.

miércoles, 11 de abril de 2012

Espero el momento.



Es inexcusable la muerte,
es el descanso eterno del alma,
fundiéndose con el universo,
es representada con tantos sentimientos humanos.

Siento dolor por tu ausencia,
honro con mis palabras a tu memoria,
alimento mi ser con tu recuerdo
y cuando quiero verte o hablarte,
te busco en mis pensamientos.

La muerte no discrimina,
cuando llega es hora de partir con ella,
toma lo que te prestó la vida,
es un ciclo natural de equilibrio,
lo comprendo, 
y espero con paciencia el momento de hacerte compañía,
amiga mía.

Dedicado a Ana Karen Gonzáles Mayorga.
 Q.E.P.D.

martes, 10 de abril de 2012

Vírgenes

I
Es difícil un mundo virgen
Incierto, tramposo
Para un iluso,
Que desilusione
Lo que es y no es acto.

Es el mundo de calle
Que desaparece y se pierde
Es el niño perdido,
Un Yo perdido.

Es conocer lo inconocible,
Lo triste extinguido 
Y lo alegre esfumado
Por lo virgen que pudo haber sido.

¡Emociona, aterroriza!
Y sin duda
Contruye algo nuevo, nosotros
Que necesariamente implica
La destrucción del uno convirtiendo
por un nuevo yo desvirgado. 

II
Se está perdido en unas calles
Calles con caminos, con destinos
O quizás no...
Algunos son oscuros
Algunos nos van a callar
Otros matarán las mentes
Varios soltarán el corazón

Quizás agarre una vela
Y otra que alumbre
Quizás sea mi destino,
o no...

III
Pero yo estoy solo
Y no hay vela para mi

La vela se apaga
Conmigo, contigo
y con nosotros

De nuevo es la ocuridad
Lo que orienta,
No las sombras
Que caen de la luz
Ni los caminos con destino.

Es tramposo un mundo incierto
Es difícil para un virgen.
Por Sebastián González de León y León.

lunes, 9 de abril de 2012

Tesoros

Un señor de mediana edad sale de su casa con una bolsa de basura inorgánica y la coloca en la puerta de entrada para que el basurero pase a recogerla. De entre los desperdicios sobresale una caja de cartón, la cual alguna vez tuvo en su interior una televisión de plasma, pantalla plana, treinta y dos pulgadas. El señor de la basura pasa a recoger los desechos y se maravilla con la caja de cartón. La toma junto con la basura y se la lleva.

Durante el trayecto un perro ataca al basurero y en el conflicto la caja de cartón queda varada en una esquina. Más tarde un niño se acerca y comienza a jugar con lo que ahora es un castillo. Su madre lo regaña y el castillo vuelve a ser una caja de cartón. Llovizna por unos minutos y dos gatos pardos se refugian en la caja que ahora es una casa. Pasa la lluvia y los gatos, aburridos se van a maullar a otra parte. La caja de cartón toma su apariencia original, para volver a cambiar cuando una señora se acerca y coloca diversos utensilios en lo que en este momento es una caja de herramientas.

            Al arribar a su hogar pone la caja de herramientas en el suelo y saca todo su contenido, obligando a aquel objeto solitario a volver a su insignificante forma de caja de cartón. Su hija se acerca y emplaza sus juguetes en la caja, que es para lo que finalmente, después de tantas trasmutaciones sirven las cajas de cartón. Para fungir como cofres de tesoros infantiles a los niños de corta edad.

Por Alan Santos

domingo, 8 de abril de 2012

Sueños de Ciudad...


Sueño con la humanidad atenta al latir de su madre,
una madre que nos dio la vida y aún nos cuida en su seno,
una madre que nos han enseñado a olvidar.

Sueño con viviendas dignas para el hombre,
con muros elevándome al cielo,
con jardines que bosquejan el paraíso.

Sueño con una ciudad que proyecte en su sombra la unión de su pueblo,
con un andar bajo la celosía del árbol amado,
con un tránsito que melodioso camina hacia la muerte.

Sueños utópicos que dan fuerza, al tiempo que entristecen.

Por Diego Monterrubio 

jueves, 5 de abril de 2012

Preparado para caidas

I
Preparando las palabras del silencio
Miro tus ojos, el mar dentro de ellos
Olas osadas de tirar edificios
Edificios atrevidos por tocar los cielos

Gustoso por estar contigo,
Dicha de aquél que cae como una hoja,
Lentamente del árbol que muere.

Perdiéndome entre cuerdas sonantes
Escribo miradas inundadas,
Tiro los pétalos, que mal pudieron habernos corrompido
Piezas dignas de una odisea eterna,
Donde los lamentos nos sonríen a cada paso
Y las alegrías caen como paracaídas en sueños.


II

Marea, marea hace que las nubes nos tapen
Marea mar rehace que las nubes no tapen
Siempre deja de existir cuando nunca sucede
Nunca pasa que siempre sea lo que es
Nada nunca es para siempre cuando no sucede.

Paseos con la infancia por los brazos que ya no abrazan
Ligeros tropiezos que no tiran, más vientos que impiden descanso
Sueños que no ven más allá de lo que uno quiere.
Escaparé de ti, escaparé por ti.

Por Sebuscape.

miércoles, 4 de abril de 2012

La vida misma.


Es la razón por la cual despierto cada día,


quiero ser uno con un el todo,


aprovecho mis sentimientos para extasiarme,


siento mi sangre recorrer las venas,


como una señal de que vivo.





No siento que algo pueda detener esto,


es que simplemente fluye,


todos, todos lo tenemos,


querer detenerlo es inverosímil.





Quiero aceptar mi condición,


aceptar que soy humano,


porque ahí radica mi inherencia,


pues la vida misma es la razón.

lunes, 2 de abril de 2012

La felicidad alcanzada.

Se veía tan feliz por fin, reposando en aquel lugar en donde ya no había problemas de ningún tipo. Sonriendo como nunca antes se vio. Su familia lo observaba con asombro desde un lugar más alto. Parecía el hombre más alegre sobre la faz de la tierra. Algunos lloraban incautos al mirarlo, otros lo apreciaban en silencio sintiendo un vacío resquemor. Él estaba ahí. Solo. Durmiendo apaciblemente en su ataúd.


Por Alan Santos

domingo, 1 de abril de 2012

Tradiciones

Quiero probar la realidad; dejar lejana su etérea apariencia, salida. Si fuese posible deslindar sus constantes caminos, en seguida evaporaría aprobando idealistas consecuencias. Tan improbable el amor. Tan improbable la alegría, tan imposible el suceso atemporal, cardíaco.  Las escalas en la vida son disparatados, insensibles juegos. Cada cual sea el nuestro, quien logre decir -decidir- día alguno, sobrellevar podrá continuando, riendo. Mas aún, el frío helado, ardiente en sutiles conformidades jamás cesará.

Por Lucía del Carmen Labra Vázquez.