jueves, 31 de mayo de 2012

Nit de tempesta

Trona, plou. 
És tard i tinc son. 
Un llamp per la finestra, 
assegut, sol. 

Les gotes, els vidres. 
Un tro i els vidres. 
El llum vacil•la i tremola, 
m'endormisco tota sola. 

Negre, llampada. 
Negre amb la pluja. 
Sola no, envoltada, 
de la nit, de natura. 

Coixí, badall. 
M'estiro i un llamp. 
Avui dormire tranquil, 
acotxat al teu jaç. 


Por Ferrán Quer. 


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Truena, llueve. 
Es tarde y tengo sueño. 
Un relámpago por la ventana, 
sentado en el piso. 

Las gotas, los vidrios. 
Un trueno y los vidrios. 
La luz vacila y tiembla, 
me adormezco toda sola. 

Negro, destello. 
Negro con la lluvia. 
Sola no, rodeada, 
de la noche, de la naturaleza. 

Cojín, resquicio. 
Me estiro y un relámpago. 
Hoy dormiré tranquilo, 
a tu costado yazco. 


 Por Ferrán Quer.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Rubor.


Una inminente aventura comienza,

respuesta de gusto atracción y torpeza,

ahora me recuesto en tus piernas,

y te digo algo mientras el silencio reina.


Robé ese inconveniente beso mientras me despedía,

cuando el rubor de tu rostro se impregnaba al mío,

tu cara de asombro me dejaba tranquilo.


Pero la aventura apenas comienza,

que incierta se avecina la andanza,

pues la naturaleza tuya y mía,

no son más que contradicciones de humanías.

martes, 29 de mayo de 2012

De yemas bastarte

De yemas bastarte con mis dedos y tus manos,
de senos repletas tus palmas y tus tactos, 
de sienes sudarte los ojos y las cejas cerrados, 
desierto el cuerpo bañados los dos tirados. 


Que el hijo del hielo de tu lengua helada 
resbale mi recta y sutil deseosa mirada, 
que le hable de olfatos, saturen de sexo nada, 
sofoque tu llanto blanco de tiempo en base blanda. 


Por Jarana Mosquito.

lunes, 28 de mayo de 2012

Consejos de Taberna (V).


(Con varias copas de más) «Compadre, deja de atormentarte por la muerte de tu madre. La vida es un continuo devenir, no te detengas por algo tan natural». Le dijo un amigo a otro amigo, que desde ese día inició la búsqueda interminable de la cura contra la muerte. Recorrió los más lúgubres y tenebrosos cementerios del mundo: desde La Recoleta, la Almudena, hasta llegar al de Montparnasse, donde al inspeccionar los cadáveres de dictadores celebres y escritores surrealistas encontró la cura contra la muerte. Entre sus investigaciones y necro-descubrimientos destacaban la capacidad de evitar el proceso de descomposición con canticos bakongos, y un remedio casero a base de fresas para conseguir la reanimación del corazón y los pulmones.

Al retornar a sus tierras cálidas fue corriendo al cementerio de su pueblo para desenterrar con un ímpetu desenfrenado el cadáver de su madre. Su madre olía a carne rancia y los gusanos se daban un manjar de reyes en sus orejas, por lo que se apresuró a darle a su progenitora el remedio contra el mal de la muerte. El cadáver se tambaleó unos instantes. Abrió los ojos; había retornado a la vida.

«Madre. Te he regresado de la muerte y estoy tan feliz de verte de nuevo», dijo el hombre con una cara de felicidad indescriptible en su rostro.

«Y quién te pidió que me revivieras. Mírame, estoy hecha un asco. Juan José quiero que me entierres de nuevo en este preciso instante y que te vayas a tu casa a vivir tu vida como deberías haberlo hecho. Aprender a seguir adelante» respondió el cadáver hediondo de forma contundente e iracunda.

El hombre no tuvo más opción que hacer lo que su madre le exigía; al fin y al cabo que hijo no hace lo que su madre le pida que realice. No se puede ir contra una reacción tan natural y mucho menos contra una de esa magnitud.

Alan Santos.

domingo, 27 de mayo de 2012

Atardeceres


esconder tu cabello cual figura imaginable.
complacer con descaro deseos irregulares.
simplificar cauces del diluvio verdadero en colores di-vagantes.
clarificar los silencios de lacónica agonía.
irregularidad poco estudiada, poco solidificada.

A cambios insistentes,
alucines mareadores.

porque todos, todos nos escondemos tanto que, en soledad, la veracidad es inexistente.
entonces, aquellas imaginables personalidades son las que caben.

No tú, jamás
tú. No yo,
jamás yo.

agitemos de nuevo todo, juntemos cual ajeno amanecer propio, mismo.
ya la atención será, pues, tan equívoca.
no existirá distinción.

Sin distinción, escondites no
hay más. Calor, calor
eterno. Porque todos,
todos
nos escondemos.

Por Lucía Labra.

viernes, 25 de mayo de 2012

Momentos y Cambios


El sol sale y sigo en cama, pensativa. Divagando recuerdos y añorando momentos irrepetibles que quedaron tatuados en la vejes de mi cuerpo y de mi memoria. Añorando situaciones sentimentales gratas y felices, despreocupadas y tranquilas. Me siento nostálgica pero no triste, cuestionando si algo pudo haberse hecho para evitar el cambio, las diferencias que llegan como un golpe en la cara y no sabes cómo reaccionar o cómo pelearlo. Me niego a pensar que mi vida no seguirá igual, que entrarán nuevas personas y saldrán las que estimo y quiero. Me niego a extrañar. Cierro los ojos pensando en respuestas a preguntas que ni me he formulado, buscando salidas en un edificio sin puertas ni ventanas; miro el techo y descubro figuras irregulares sin sentido que me ayudan a tranquilizarme. Soñando con un mejor mañana, ayudándome a encontrar motivación de lo que quiero llegar a ser, cumplir mis metas, anular esperanzas y sentirme segura y confiada.

Me quito las sábanas de un cuerpo desnudo, comienzan a pesarme y siento calor. Se acerca la inevitable pregunta de qué prosigue, qué voy a hacer que rinda frutos para sentirme satisfecha y plena.

Entro al baño y abro la regadera sin esperar y perder tiempo a que se caliente. Tengo ganas de tener frío, titiritar y temblar; sentir cada parte de mi cuerpo contraerse buscando calor y satisfacción sin yo permitírselo. No me molesto en enjuagarme, sólo quiero despertar y continuar. Cierro la llave esperando a que la última y desesperada gota llegue a su oscuro final, igual que todas las millones que ya se perdieron. Algunas sobrevivientes recorren mi cuerpo llenas de pánico y miedo pero les doy la oportunidad de seguir disfrutando de su lento camino, víctimas de la gravedad. Mis piernas se cansan y pierden fuerza, exigiéndome un descanso, sentándome en el suelo me doy cuenta de que he perdido tiempo en algo que no tiene final. Divagaciones que no tienen conclusión y, si las tienen, derivan en otras muchas divagaciones inservibles. Me arrepiento de haber pensado tanto y haberme complicado en algo que no era tan complejo desde un principio. Me seco la cara con una toalla ya mojada, sintiendo aun más frío que antes, pensando que este es un nuevo comienzo.
Me levanto y aprovecho el momento para mirarme en el espejo y meditar sobre quién soy y quién quiero ser. Siento que se aproxima ese momento culminante del día, ese momento que cambia el rumbo de las cosas y el sentido de lo que hago. Lo siento cada vez más real y cercano, hasta que siento como comienza a dominar todo mi cuerpo y se apodera de mis reacciones, mi actitud y comportamiento. Ha llegado ese momento. En ese momento sonrío, y todo cambió.

Por Carolina Harte González.

jueves, 24 de mayo de 2012

Intento

Intento detener el tiempo, alejar las sombras.
Grandes, tus ojos siguen retumbando en mis oídos,
Porque me hablaban, estoy segura de que hablaban;
El problema era entenderlos, consumir su mensaje en la hoguera de mi alma.

Intento detener el tiempo, porque los segundos no me alcanzan.
Miro en el silencio la condena de tu ausencia,
Cargo cada noche la pesada culpa de mi corazón frío;
Y es que ya no sé si he muerto, o si es que todavía vivo.

Cada  respiro indica que camino contra el viento,
Duele el pecho cuando entra el aire, duele el pecho por hastío;
Hastío por  la ligereza de mis labios, por la facilidad de mi figura.

Intento detener el tiempo, para no prestar mi corazón con intereses,
Para no pedir más pruebas del pasado que justifiquen mi locura permanente,
Para retener tus besos mientras me ames, mientras soportes la aspereza de mis manos,
Para hacerle comprender a mis instintos que tus labios no significan una noche.

No puedo jurar quererte en fortuna y en desgracia,  de aquí al infinito, ni más cerca,
Porque mi cuerpo que vuela hoy sobre la luna, quema mañana sus alas donde el sol.
Perdona éste corazón que puede pertenecerle a unos ojos que le ignoran,
Perdóname de antemano. Yo no sé qué pueda ser de mí, ni mañana, ni ahora mismo.

Intenté detener el tiempo,  pero no alcancé nunca mi objetivo…



Por Alejandra Sánchez.

Solo busca uno.



Se expresa al hacer algo tuyo,

quererlo es hacer un pequeño gesto,

viene la satisfacción producida por lo anhelado,

significa firme proposición de blanco recuerdo

que inunda la plagada mente alborotada,

seguir lo que has domado y has adoptado

hace cambio a razón de éxtasis profundo

plagado de caminos ofuscados. 




Tal es tu percibir nublado que puede

volver todo gran hoyo obscuro,

y produce inmerso desarreglo en ello,

pero todo es real mientras viva y exista,

entonces has conocido la opulencia de un deseo,

ahora solo busca otro nuevo.



martes, 22 de mayo de 2012

El periódico de la semana




Noticia de ayer.


Las autoridades mexicanas han hallado los 14 cadáveres de los últimos unicornios del mundo descuartizados en el interior de una camioneta abandonada en una importante avenida de la ciudad de México, ubicada en el estado de Tamaulipas (noreste), según han informado la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
El fiscal encargado de la investigación ha indicado que las víctimas son 14 unicornios de con cuernos de entre 30 y 35 centímetros, de diversos colores cuyos cuerpos estaban descuartizados y envueltos en bolsas negras en el interior de una Chrysler Voyager de 1996.
Al parecer, en los alrededores de la camioneta había un mensaje en el que una organización criminal reivindica la autoría de la matanza, aunque las autoridades mexicanas no han dicho cuál, apunta el diario.
El hallazgo de produjo alrededor de las 19.30 horas del martes (2.30 horas de la madrugada del miércoles en España), cuando las fuerzas de seguridad recibieron una llamada que alertaba de la ubicación de una camioneta sin matrículas en la calle Maclovio Herrera, entre las avenidas Guerrero y Juárez.
Tras el aviso, efectivos de la Secretaría de Defensa, de la Policía Ministerial, del Ministerio Público y de la Unidad de Servicios Periciales se trasladaron al lugar de los hechos, donde ya han comenzado las investigaciones.

Noticia de antier
Las autoridades mexicanas han encontrado cinco cadáveres de magos viejos y barbones mutilados y una manta con un mensaje del crimen organizado en la colonia 10 de Abril de la ciudad de Culiacán, ubicada en el estado de Sinaloa, en el oeste del país.
Los cuerpos pertenecen a cinco viejos identificados como Merlín, Melchor, Gaspar, Baltasar y Gandalf que al parecer fueron secuestrados el pasado domingo por un grupo de hombres armados en una tienda de varitas mágicas.
La Procuraduría General de Justicia (PGJ) ha revelado que las cabezas, las manos y las piernas estaban separadas de los cuerpos y que en ellos había signos de violencia, por lo que se cree que fueron golpeados.
A unos metros de los cadáveres, los uniformados han encontrado una manta colgada de la valla de un colegio de primaria con un mensaje que parece estar elaborado y dirigido a organizaciones criminales, así como la cabeza de Harry Poter, informa el diario 'El Universal'.

Noticia antiantier
La Secretaría de la Defensa Nacional de México ha informado de la captura de 'El Peter Paz', presunto integrante de la banda delictiva 'Los Ziempre jamás' que está señalado como uno de los autores de la ejecución de las 26 hadas cuyos cadáveres fueron hallados en noviembre de 2011 en los alrededores del monumento Arcos del Milenio, en la ciudad de Guadalajara (oeste).
'El Peter Paz', fue detenido junto con otros dos hombres el 18 de marzo pasado en la población de Charcas, y tras varias indagaciones, fue identificado como presunto miembro de Los Ziempre jamás y copartícipe de la matanza de los 26 al lado de Doña Marta, alias ‘El hada Madrina’, jefa del grupo criminal El deseo', según han informado las autoridades mediante un comunicado citado por el diario local 'El de Aquí'.
El detenido está vinculado con diversos hechos delictivos cometidos en las ciudades de Oaxaca, San Luis Potosí y Jalisco, y también pertenece al grupo que asesinó al agente de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, Jaime Zapata, en febrero de 2011.
En 2009, Peter Paz fue detenido en Oaxaca con tres cómplices y fue internado en el penal de Ixcotel, de donde intentó fugarse, por lo que posteriormente fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social Dos en Puente Grande, Jalisco, una cárcel de máxima seguridad.

Encabezado de mañana    
Mueren doce policías que investigaban el hallazgo de diez cabezas de duende encereleadas en México


Por Alberto Cabrero.

lunes, 21 de mayo de 2012

Deficiencias de los servicios públicos.


Los habitantes de la pequeña comunidad de Villa Cruz se encuentran inconformes con la prestación de servicios públicos por parte del gobierno. La empresa telefónica no brinda el servicio de telefonía fija de manera adecuada y en su lugar, sólo se escuchan canciones de John Coltraine sonando al momento que alguien descuelga la bocina. El agua potable no llega con regularidad al suburbio, y en ocasiones, mientras las señoras orondas se dan baños prolongados y míticos, de la regadera escurren chorros y chorros de gaseosa de cola, obligando a los cuerpos mojados y sucios a terminar pegajosos y azucarados.

La educación pública es ineficiente. Los profesores se la pasan contando y recitando tragedias griegas que los niños de corta edad son capaces de repetir de memoria, como las diversas historias de Eurípides con canciones para saltar la cuerda. Algo de los griegos cuando menos aprenderán. Los cementerios están repletos de cadáveres tambaleantes, tristes y desolados porque no les han construido sus féretros de madera, y ni se han tomado la molestia de crear sus lapidas y sus lugares de entierro.

Los residentes de la comunidad han mostrado su inconformidad apoltronándose en las calles, y con la ferviente decisión de no pagar los impuestos hasta que se resuelva el problema. Mares de basura se han juntado en las avenidas y calles principales que hasta los pescadores más pobres han decidido emigrar a Villa Cruz para buscar tesoros ocultos entre los desperdicios.

Las autoridades gubernamentales han respondido después de varios meses sin percibir ingresos. Le han pedido a la comunidad que exprese su molestia por escrito y que después de varios días obtendrán una respuesta definitiva. La mayoría de los ciudadanos molestos pero resignados aceptan; al fin y al cabo no les queda de otra más que confiar en la burocracia y sus mecanismos para solucionar los problemas del distrito. Los inconformes seguirán protestando, sin embargo su número se verá reducido, por lo que al perder fuerza y  tiempo se aburrirán y volverán a la cotidianeidad de la vida, que quizás no sea la  mejor ni la más preferible, pero en algunas ocasiones suele otorgar mayor certidumbre.

Alan Santos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Costumbres.



Tú, lozana que sobre el pasto te acuestas,
el virgen valle de la mujer dormida,
la blanca nieve que en el suelo reposa y el ardiente sol que a las flores alumbra.


Cristalina el agua que en los rios corre y ruidoso el caudal que bajo la montaña recorre,
coloridas las aves que sobre esto vuelan y único el son que a lo largo se escucha.


Hermosos trajes de flores bordadas, infinitas sonrisas de los rostros de infantes,
preciosas culturas que tradiciones conservan, rituales y mitos que el tiempo cuenta.


Platillos exquisitos que al paladar eleva, coloridos adornos que las calles decoran,
únicas las voces que bombas gritan y dulce el aroma de un chocolate en familia.


Distinto el ambiente que se respira en el aire, emociones juntas que conocen las fiestas,
listones que llenan de vida las trenzas y faldas que vuelan ondeando la tela.


Esto eres tú, lozana que a la noche clamas.

Por Milca Hosanna.

viernes, 18 de mayo de 2012

(El paraíso del escritor ó) Un lugar para enamorarse


En caso de duda, acelere.

La segunda vez que vas a un lugar como ése, las impresiones cambian. Ya no camina la mujer alta en tacones de aguja, ni resuenan sus pasos en las calles vacías. El bar de vino tinto y jamón serrano sin abrir, sin él subiéndole la cremallera a ella; de una chamarra que desatiende a su vestido negro. Faltan la sonrisa y el suave beso encariñado. No está esa pareja de extranjeros, que tan ávida y elocuentemente discuten del amor y el arte con voces aguardentosas. El salón de fiestas que celebró una boda y un nuevo amor. El padrino, asumo por su traje, y una bella mujer de pelo corto salen riendo. Él con una botella de champaña y ella con dos copas disparejas. Se ríen y se besan. Tampoco están los novios, paseando en esas bicicletas dobles que solo aparecen en las películas. El restaurante de tradición abierto, pero sin el estruendo del mariachi de aquella noche solitaria.

Marianna tiene el pelo negro y largo, parecía estar descuidado, pero lo sedoso de su tacto desmentía la apariencia. Me mira con esos ojos que parecen ventanas, tanto como la boca, que ocupa la mitad de su cara. Ella decidió besarme, no sé cuándo ni me lo quiso decir.
-No te escucho nada, me mintió de puntitas y al oído.
Le pregunté si quería acompañarme a la terraza, y sus ojos dijeron que sí antes que sus labios. La traté de tomar de la mano pero me permitió un dedo, que tome entre el medio y el índice para conducirla hasta las escaleras de la terraza, mire atrás solo una vez, para ver su sonrisa.
La vi desde que entré al bar, pantalones pegados de mezclilla, dos playeras, negra sobre blanca, o tal vez al revés. Nunca me fijé en sus zapatos. Cómo hacerlo si todo lo que había que ver para perder la mirada eran las curvas de su espalda. Supe que bailaba antes de preguntar.
La banda invitada se instaló en el escenario después de tres cervezas y las horas que me tardé en tomarlas. La vi pasar frente a la mesa, tomé a Sebastián del brazo y la seguí. La perdí entre la gente y desde abajo del escenario vi su pelo escapar por el arco al final de las escaleras. "Al rato la veo", pensé. Tres canciones más tarde fuimos a la barra. Sebastián la vio, la señaló,  y le dio palmadas entusiastas a mi espalda para lanzarme hacia ella.
No es muy alta, le sonríe al cantinero mientras yo pido algo diferente. Me dan un vaso morado, a ella uno naranja, que nunca acabó de tomarse. Levanto mi vaso y ella el suyo.
-Hola, ¿cómo te llamas?
-Marianna, me responde, casi inaudible,
-¿Y tú?
-Soy Federico. Eres muy linda, sonríes mucho, me gusta eso.
-No te escucho nada.
Me lo dijo cuatro veces, no le creí, entendible era que quería escucharlo una vez más. Le sonrío.
-Que sonríes mucho, y que me gusta.


Me detengo y a ella en los peldaños que nos van a llevar a la intemperie, ella no trae mangas.
-¿Quieres quedarte aquí? Allá arriba hace frío.
-No, está bien. Subimos, ahora tengo una escusa para abrazarla en caso de que la necesite. Me siento en una banca y ella en una silla, opuesta a mí. Me quiere ver de frente. Ya habíamos quitado un par de preguntas del camino, aunque no todas.
-Ballet, me dice; pero ya no baila.
Le contesto con esa broma tonta de bailar salsa mediocremente; se ríe y sonrío. Me dejo descansar la palma sobre su pantalón, voltea a ver mi brazo y de nuevo a mí, la sonrisa perdura.


Camino de día, en rumbo a un necesario desayuno. Acompaño y me acompañan Drew y mi primo. Drew visita México antes de viajar por el mundo, la vida heroica, como él le llama. Les platico a ambos acerca de la vida nocturna de Álvaro Obregón y Orizaba. De la magia noctámbula que ahí habita y lo palpable que me resulta. Les platico de la noche, de mis encuentros aleatorios con el amor, de éste bar, aquel restaurante, un parque y ése museo a la vuelta. Mi discurso siempre interrumpido por el recuerdo de Marianna que me invade constantemente. Estoy, después de todo aquí, en un lugar para enamorarse. La entrecalle tiene un encantamiento que florece y medra cuando baja el Sol. Innegablemente se siente cuando uno mira con detenimiento. Llegamos a los bísquets bísquets obregón, sucursal original. Nos sentamos en un gabinete, el lugar perfecto para ir después de robar un banco, ordenamos tres lecheros; Drew nunca ha tomado uno.

Pedagogía en la UVM, le encantan los niños. Tiene medias hermanas, tres si escuché correctamente y estoy dispuesto a apostar que es tía. Quiere tener un Kínder, me admite; pero yo no me doy permiso de contarle uno de mis sueños. Son esas preguntas con sus correspondientes respuestas que hay que atender antes de poder ver a alguien.
Me termino mi trago más o menos al mismo tiempo al que ella deja su vaso sobre la mesa. Tal vez fueron suficientes, o tal vez quiere quedarse en el nivel de sobriedad actual para lo que se avistaba. Regreso mi mano a su pierna, le cuento de mis sueños. Solo después transige el suyo, ser bailarina.
Se le quedó perdido en algún momento entre su cumpleaños número once o doce y agosto del año pasado, cuando entro a la universidad.
-Me encantaría verte bailar
De nuevo sonríe, y ella, su sonrisa, pudo ser igual de hermosa que su dueña, de no haber sido mía.
Saca su celular para revisar una cosa u otra.
-Dame tu celular
-¿Para qué?
-Tu dámelo, y ameno el momento con un ligero jalón al aparato
Lo tomo y apunto los números que me localizan, con nombre completo. Llamada entrante.
Sebastián se acerca para gritar uno de sus aullidos etílicos característicos, regreso la vista y me recibe el canto culminante de:
- Me tengo que ir.
Sebastián grita de nuevo, giramos las cabezas en su dirección.
No pierdo medio tiempo, miradas se cruzan y la tomo por la base de la cabeza, donde acaban los cabellos y la jalo hacia mi boca. Nos besamos, al fin.

El desayuno acaba con apagones de por medio. Caminamos hasta la esquina de mis recuerdos y doblamos a la izquierda. Los recuerdos y su lucidez se esfuman a cada paso, pero las imagines en mi cabeza reverberan y son más duraderas con el ritmo de mis pies. Mientras dejo atrás los enamores de la Roma, mi semblante se agrada y emblandece. No es ya la misma calle, ni es la misma noche solitaria.

Se llama Marianna, y le dicen Bo.

Por Federico Quintana Vallejo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Soneto


Y con esa figura que contemplo
¿Cómo puedo querer morirme ahora?
Ni siquiera recuerdo ¡Nueva Aurora!
Si yo estaba dormido o ya despierto

¿Cómo puedo olvidar este momento?
Pues el ser para estar despierto implora
Y aunque sé yo que ya ha llegado la hora
¿Cómo debo aguantar el sufrimiento?

Debo ser de mi muerte un fiel testigo
Debe el alma morir entristecida
Debe el cuerpo aguantar el cruel castigo

Debo ahora olvidar pasión querida
Debo ser mi asesino, ¡mas sonrío!
Pues yo sé: ¡te veré en próxima vida!

Por Ari Ben Ramírez Villegas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

A ella.



Es que ahora soy parte de tu pasado,

comparto mi sosiega existencia contigo,

recorremos el sendero de los recuerdos,

y  caminamos hacia el infrecuente amor.


Es la incertidumbre de mis acciones,

mi pensamiento  ilógico y no secuencial,

lo que hace que comience a quererte,

las decisiones que prefiero son las de estar a tu lado,

y entrar en perfecta armonía con tu esencia, donde

peligrosamente me ahogo en hermosos sentimientos,


Los ademanes de mi, son por tu encanto,

contemplo la música que haces al actuar,

la más hermosa canción gesticulas al querer amar,

entonces, me poso en sortilegio de lo que no podemos presagiar,

solo espero poder amarte algún día, y si me lo permites,

seas confidente compañera mía.


martes, 15 de mayo de 2012

Peceras


Como claridad sublime, lo etéreo dejó atrás. Como silenciada clausura, sonrojada lubricó miradas faltantes. Como cristalizada madera, hirvió las nubes dentro sartén viviente. Como clásicos eternos, ubicó locuaz alumbrantes sinceridades. Como sintética medida, coloreó orillas intermedias. Como lunas brillantes, flores colorantes derrumbó con único corte. Como sonriente suicida, todo, lentamente. Como viviente, dibujado -apenas descubierto- todo.

Por Lucía Labra.

lunes, 14 de mayo de 2012

Pasional 7. Sobre sillones.


Los sillones son perfectos para entablar relaciones de diversa índole. Son cómodos, acolchonados y efectivos para sentarse comiendo besos y caricias casuales sobre o por debajo del pantalón. Se disfrutan entre los casados, los amantes, los amigos, los desconocidos  y todos aquellos que prefieren la sensación fugaz del momento, de las pelusas en la indumentaria; que la discrecionalidad y el misterio escondido de las camas matrimoniales.

A los sillones no les molesta que las pasiones se desaten sobre ellos, mientras los que estén encima no sean orondos robustos de intenso arrebato, o enamorados primerizos que dejen caer algún fluido desconocido en el terciopelo decolorado.

Alan Santos.

domingo, 13 de mayo de 2012

Trivialidades.




Entonces la vida esta posada ahí,

Tan inerte como la decisión que tomas,

y que es la vida, si no la condena de la libertad,

la libertad que a todos persigue y angustia.


Pero la angustia hace interesante todo,

decides lo indecidible, haces lo que eliges,

riges la vida misma, la vida que te rodea.


Es desear amar, querer conocer,

mirar, expresar, reconocer, enumerar…

encontrar la decisión es complejo,

nada más complejo que vivir.


Lo humano se crea decidiendo,

tu afinidad por lo trivial es tan importante,

como lo es tu más grande decisión,

creer que existe un dios,

o creer que existe un universo,

la eventualidad de las cosas, nos rige,

escoger erige el anhelo humano de alcanzar lo deseado.


viernes, 11 de mayo de 2012

El último horizonte


Despertó cuando el quinto rayo de luna acarició su párpado izquierdo suavemente y la brisa del mar le dejó un sabor de boca salado. Estaba completamente solo en su pequeña balsa, formada por no más de veinticinco palitos. Hacía frío y su abrigo yacía en las profundidades del océano; ni siquiera recordaba qué día lo había perdido porque el tiempo carecía de sentido para él. Ya no importaba si era lunes, martes, miércoles o qué. Estaban él y él, ahí sentados esperando ver tierra firme. Sus pies habían olvidado cómo caminar, y su voz había olvidado su nombre.

Era un náufrago, un pequeño náufrago.

Muchas veces imaginaba que era un pirata en busca de algún tipo de tesoro escondido en algún tipo de isla, para hacer el viaje más ameno.

El día que se marchó de casa no le dijo a su madre que la quería ni le dio un beso. Para ser más precisos, sí había salido en busca de un tesoro que no tenía nombre ni se parecía a nada que el ser humano pueda imaginar aún.

Su partida tuvo lugar el 23 de octubre de 2002. Una noche estrellada como ninguna otra en la que casi podía escuchar los cristales de las estrellas que clamaban su nombre con suavidad y le decían quedo, muy quedo -¡Ven! que aquí no estamos destinados a desmoronarnos- Y por alguna razón se le ocurrió que ir por mar hacia las estrellas era la mejor opción, no preguntemos por qué, pero así era, sonaba como lo más lógico y congruente.

Sin aviso, lo invadió una tristeza prácticamente infinita; lo abrazó con tal fuerza que llegó a pensar en bajar de la balsa y convertirse en parte de los secretos que oculta el mar. Y a lo lejos, en el horizonte magenta una estrella descendió y flotó hacia él seguida por un delgado hilo de plata que la mantenía pendiendo del cielo,  le informó que estaba cerca y besó su enrojecida mejilla como si fuera su madre. Una sonrisa saltó a su rostro y tomó el único remo que le quedaba, avanzando hacia un destino incierto, guiado por la suave voz de una estrella. Resulta que todo su viaje había sido nocturno, los rayos del sol jamás se asomaron para guiarlo. Y eso le parecía bien, le parecía perfecto, inigualable. Único.

Un ruido, y después una gran burbuja que estuvo cerca de voltear su nave. ¡Ya debía estar cerca! ¡Los confines del mundo le esperaban! ¡Qué gran emoción invadió su pequeñito corazón de escasos 10 años! Y todo apuntaba a que su teoría de explorador experimentado era cierta: La tierra es cuadrada. En algún punto la humanidad inventó que ésta era redonda para que no se perpetuara ese miedo por caer al infinito, a la nada, a la oscuridad, al vacío.

Las nubes se arremolinaron en torno a la luna, creando un tornado estático, inmóvil. Una gran ola se incorporó frente a su pequeña balsa y vio la cola de lo que aparentaba ser un monstruo marino, que rugió como un estómago que no ha comido nunca, y dijo “¿Quién eres tú para pretender acercarte a la última esquina del mundo? ¿Acaso eres tan valiente? Repito, ¿Quién eres tú?”  El aliento de lo que parecía ser un dragón movió su rojiza cabellera y el pequeño no supo contestar a la pregunta. -¿Quién soy yo? Podría decirte qué hago, más no quién soy. Pero intentaré contestar... soy un experimentado marinero, que fue pirata por más de cien años, el sol nunca calentó mi pálido corazón, y justamente voy en busca de algo certero, que no se encuentra aquí, no en este tablero de juego.-


Aquella respuesta dejó atónito al monstruo. siglos atrás los marineros con gran preparación habían intentado herirlo y en el mejor de los casos asesinarlo, mas jamás habían contestado a su pregunta.  Una pesada lágrima verdosa bajó por su hocico, cayendo sobre el pequeño, dejándolo sentado en su barca, por la fuerza. El niño lo miró con sus grandes ojos oscuros, lo analizó muy bien. Se dio cuenta de que el monstruo sólo necesitaba un amigo y nada más. Le abrazó, y lo hizo con tanto amor que a la criatura marina no le quedó mas que regresarle el gesto con un suspiro tan profundo y hondo como el mar, se sumergió de nuevo, le dio el paso. De su existencia no quedaron mas que los sonidos de las burbujas que reventaban en la superficie.

Y ahí lo vio, el último horizonte, su barquito estaba ya con la mitad fuera de la tierra, sólo faltaba un último empujón que fue proporcionado por una ola. Se dejó llevar. Lo que vio después lo dejó perplejo: eran miles y miles de cristales, brillaban tanto que tuvo que cubrir sus ojos con un brazo, ¡jamás había visto tantos! En la ciudad donde solía vivir sólo se veía una bruma espesa que hacía imposible el avistamiento de los cuerpos celestes. Quedó maravillado, eufórico. Continuó remando. A lo lejos vio el grupo de estrellas que lo llamó la noche en que partió de casa, y con gentileza hicieron ademanes para que las acompañara.

Una melodía metálica formó una corriente que lo llevó rápidamente y sin titubear hacia su destino. Y cuando llegó, abrazó a cada una de las estrellas presentes, como si las conociera de vidas atrás y las hubiera extrañado como se extraña a quien muere inesperadamente. Llenó el vacío de su corazón, y lloró de felicidad.

Durmió recordando que todo lo anterior había sido mundano, efímero, pasajero, y que se lo había llevado el viento. Durmió sabiendo que los horizontes habían desaparecido, que los límites no existían ya, que vivía con las estrellas. Sintió cuando ensartaron en su espalda el hilo de plata tejido por las magníficas arañas que tejían el universo y la existencia. También sintió cuando comenzó a flotar y se convirtió en otra estrella que brillaría por casi toda la eternidad, y que, cuando se apagara, la luz viajaría por miles de años para iluminar el planeta del que fue parte una vez.

Y así se extingue la aventura del pequeño marinero que guiado por sueños viajó hasta el fin del mundo para colgar de un hilo de plata por el resto de sus días.



Por Natalia Monterrubio.

jueves, 10 de mayo de 2012

El Águila no puede volar


El águila alza la vista, no puede volar
Intenta hallar el nopal, no encuentra a la serpiente
En vano bate sus alas, no cabe en su mente
Que al pueblo que tanto la busca le ha de fallar

El pueblo pierde esperanza, ¿cuándo va a parar?
Sufre de impotencia y de miedo hacia lo inminente
Pues corre peligros, se ensangrienta su presente
La inseguridad va suelta, ¿quién ha de escapar?

Lanzan preguntas al viento, quieren una pista
Buscan la solución donde sólo habrá terror
Cuando la respuesta la tiene el joven artista

El águila ve al joven, reconoce valor
Y a éste al mirar al águila le brilla la vista
Sabe que la ha de salvar por borrar el temor

Por María Fernanda Rodríguez Toral.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Dibujando con palabras la libertad


Cegamos con palabras huecas la razón
Por amor falso de ideas que no existen
Sólo demagogias y palabrerios,
Balbuceos desesperados de engaño
(Y auto engaño)

Nos dibuja la libertad con palabras
Sin entenderla, sin conocerla
Como un maniquí sin opinión
Que viste por ser vestido
Que posa por vender
Por nada, por dinero

Parte el espíritu para hacer daño
Sobre lo inocente
Seca el corazón para regar
Lo que disgusta a nuestras almas
Que quedan ciegas por amor
Construido con palabras huecas

La pregunta de la vida ha desaparecido
Nos han llevado a caminar
Por un cementerio oxidado
Por lamentos que crearon un mar

Explotemos frente a la hipocrecía
Que parte el espíritu
Y seca el corazón con ímpetu
Matando la eterna adolescencia
Que con palabras la libertad profesa.

Por Sebastián González de León y León.