Anoche bajó la luna,
Brillante, como la luz que entra
por nuestra ventana.
Cayó el sol
y la oscuridad permitió
hablarnos sin palabras.
Ayer te di un beso
Frágil y suave
por tus caricias (tus besos
son como tus manos).
Hoy te extraño
No hay a quien hablarle
en la oscuridad...
No está nuestra ventana.
Hoy no estás tu.
Por Sebastián González de León y León.
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