un hombre lucha, desea justicia,
no encuentra otra manera,
las armas son su medio de poder,
muchos siguen su causa,
pero muchos son tal vez inútiles, necesita
a todos, pero todos están ocupados.
Los señores se enojan por sus actos,
amenazados, asustados y desesperados,
con gran fervor, claman su cabeza,
pero ahora muchos la defienden,
aún hay esperanza, incluso sin todos.
Se desata una batalla interior en todos,
sangrienta es la lucha armada,
una paradoja toda la sangre vertida en la tierra,
los hombres matan a su semejante,
quebrantando la ley animal,
todos cumplen una condena.
Mucho son derrotados,
capturado ha caído el ambicioso de libertad,
los señores se preguntan qué hacer,
cegados por su victoria,
su poder quieren dejar ver.
Todo parece oscuro a su alrededor,
todo produce un silencio ensordecedor,
el viento mismo se ha detenido para contemplar,
el sonido de varios disparos destruye la
tranquilidad,
regresa aquel viento, hay murmullos en la
lontananza,
y un luchador, hereda a su pueblo una enseñanza.
Por Carlos Osorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario