Ellos están donde ya nadie los puede ver,
donde los otros juegan a la guerra.
Los extrañados, los súbitos, los equivocados,
los fragmentados. Olvidados.
Ustedes piensan que lo merecían,
que las balas detienen a las balas
y el dinero compra dinero;
que la muerte hace justicia
y que ellos no son nuestros.
Nosotros perdimos la guerra,
una que nunca declaramos.
Unos ojos, una voz, un abrazo, un
recuerdo,
olvidados, negados, ignorados
los daños colaterales.
Los otros siguen viviendo entre lujos,
cantando canciones, comprando mujeres,
siendo presidentes, candidatos,
siendo la justicia que persigue
Por Juan Fredi Leyva Payan.
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