estabas llena de falso desprecio, a cada palabra que decía,
parecía más lejana la idea taciturna de estar contigo en aquel instante.
Nos besamos el alma gacha de los sentimientos que pedían salir
de tu cuerpo, para vivir una vez más ese amor latente.
Me enamoré de ti, ganaste el juego de los cortejos
que sin saber, tú misma propiciabas en cada mirada
otorgada después de juntar aquellos labios sojuzgados,
sólo quería estar contigo, no con un mujer rezumada.
Te has perdido entre la bruma, yo en las tinieblas,
sé que estás ahí, en la obscura redención de
un profundo sentimiento que rodea tu credo,
porque quieres estar conmigo, pero la bruma
que te acongoja, te convierte en una idea
y es que vivo enamorado de ti...
enamorado de una idea.
Por Carlos Osorio
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