A mi eterno Aleph.
Sentí, que eras el verso y la palabra
donde habitan los ángeles del mundo.
Me estremecí ëntero al escuchar
el rumor de tu carne en mis adentros.
Y ya era el mundo un universo doble,
sitiado entre el dolor y los amores.
Y era tu voz una delicia intacta
y el roce de tu mano, un alma vaga.
Luego te repartiste a la galaxia,
encarnando a los hombres que te
amaran:
y el mundo se sació de lo insaciable.
Luego supe que no eras el Poema,
sino amor habitando cada letra,
la letra que contiene a toda letra;
pero un hombre mortal y un solo polvo,
un polvo como yo, que en la galaxia
va vagando entre el verso y la
Palabra.
Por Hernán Sicilia.
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Luego supe que no eras el Poema,
sino amor habitando cada letra,
la letra que contiene a toda letra;
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Buenazo santi... esta parte como me gusta.
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