Nunca vi cambiar mi rostro
Así como nunca veo nacer las flores,
El momento de la primavera
y el final de un largo invierno
La piedra dejó de ser polvo
Ahora es ceniza
Ahora es tierra
Y la caída de la cascada
es sólo un río
que fluye como la tinta
de una fuente y una pluma
Terminó el invierno
y el carbón ya no mancha
pues ahora es diamante
La tierra crece flores
y una que otra planta,
pues las piedras dejaron de ser polvo
y ya no falta la palabra del poema
Sólo falta la respuesta
de la primavera
Pues mi rostro nace
y es ahora diferente.
Por Sebastián González de León y León.
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