dejen volar las plumas del viaje,
que poco a poco su final viene,
anunciando la ruin sinfonía
de un corazón decadente.
¿Qué quieren voladores de mi?
aterricen y terminen el destino,
dejen de ahogarme con el aire sumiso.
¿Por qué me dejan así?
respiran el mundo frágil colosal,
me dejan caer del cielo hacia un colofón
¡Dejen de condenar todo a un final!
Por Carlos Osorio.
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