los de Cristo y los que seguían
tú me los debes...
Besos febriles
que sudan frío,
en la ropa y en la piel
y en las prendas que no uso...
Beso tus dedos limpios,
beso de tus yemas mi agua,
yema de mi cuerpo...
Tú me debes los mejores besos:
Los de toda la vida,
la vida entera,
los nocturnos
y los de madrugada,
los sonámbulos
y los de insomnio,
los de cada mañana.
Los que mandas por teléfono
y los de al llegar a casa.
Los que das cuando te sientas en el sillón y en tus piernas me acomodo.
Los del cine
y la música y el teatro
y los de Tijuana.
Me debes los mejores:
los tuyos...
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