domingo, 1 de abril de 2012

Tradiciones

Quiero probar la realidad; dejar lejana su etérea apariencia, salida. Si fuese posible deslindar sus constantes caminos, en seguida evaporaría aprobando idealistas consecuencias. Tan improbable el amor. Tan improbable la alegría, tan imposible el suceso atemporal, cardíaco.  Las escalas en la vida son disparatados, insensibles juegos. Cada cual sea el nuestro, quien logre decir -decidir- día alguno, sobrellevar podrá continuando, riendo. Mas aún, el frío helado, ardiente en sutiles conformidades jamás cesará.

Por Lucía del Carmen Labra Vázquez.