Que ahora lo que pido es
que me dejes rozarte un poco la cara
y suave, como si fuera masa,
clavar muy despacio en tus párpados mis dedos
y apretarte los ojos
y destrozarte las fosas con mi pulgar.
Apenas
y a penas
rozarte la boca
y con todo el asco que ésta me provoca,
morderte con rabia
hasta arrancarte los labios con sangre escandalosa.
Y pedirle a Dios
que te perdone
y que te cure.
Pero ahora lo que pido es
que me dejes rozarte un poco la cara
y suave, como si fuera masa,
clavar muy despacio en tus párpados las uñas
y apretarte los ojos...
mucho...
para que veas.