Suavemente da el inerte paso,
escucha el cantar del tiempo,
rodeada de ilusiones naturales
puede crearse un mundo inexistente,
sumerge su rostro suave,
y pisa firmemente cada tacto.
Se acompaña con la mirada,
carga sus pasiones resultantes,
recorre su cuerpo cada parte,
conduce su mundo cínicamente,
regresa a él rápidamente
y se da cuenta que estuvo afuera.
Cultiva el descanso de su alma
menester de la porosa vida,
paseando por todas las posibilidades
debe estar ahí y dar cada paso.