miércoles, 26 de diciembre de 2012

Tardes nubladas de agosto.

Tremendos pensamientos,
brisas que repegan en el rostro, 
días espesos que han des ser
lúgubres ansiosos de desaparecer,
abismos que reparan en el corazón
ansioso de librarse alguna vez...

No saber en qué pensar,
llorar susurrando las penas
que salen de la difícil alma,
saber que el molesto recuerdo
durará como una tarde nublada de agosto.


Por Carlos Osorio.