martes, 16 de abril de 2013

¿Porqué eres tan alto?

Llego puntual a nuestro encuentro,
te saludo cordialmente, intento no correr a tus brazos
te presentas tan majestuoso a mis ojos, que no puedo más
y me derrumbo.
 
Me abrazas, y me embriagas con ese olor tuyo
la peculiar mezcla perfecta entre tabaco y colonia
no puedo dejar de aspirarte.


Me has hecho como has querido, infeliz.
me has alimentado, como a las a ves
de a poquito… con migajas.


Tengo la vista tan nublada. ¿Me has hecho llorar otra vez?
Siento tus dedos pasando por mis mejillas sonrojadas
             (el rojo que solo tú provocas)
los deslizas suavemente, secando las lágrimas, una a una.


Susurras a mis oídos: “aquí estaré y que no me iré”.
                 ya no te creo nada, blasfemo.
Pretendo disfrutar solo este pequeño momento.


Te enredo entre mis bazos, los ajusto a tu cuello
y poniéndome en puntitas intento besar tus labios.


         ¿Por qué eres tan alto?
                                        ¡No te alcanzo!
 
Por Arai G.