La cascada de jade se estira
La forma toca
El trazo se remarca
El color permea
Respiran los sentidos
El aroma se despierta
Y sólo queda esto, sobre todas las cosas.
Los trenes llegan aquí
De aquí salen los recuerdos
De aquella sal que se adhiere a las rocas.
De lo único que es cierto; aquello que no tiene límites.
Lo que no saluda ni se despide
Lo que no acostumbras
La espontánea caricia
La roca al final del peñasco.
El beso blanco del amante cuerdo
La sonrisa elegante detrás del cigarro
Una duda que te asalta para que no duermas,
Aquel gesto noble que te quita el sueño.
Sentir por dentro al sol, incendiándote la cara
Cuando el cuerpo muere, el alma aúlla,
Toca la piel quemada del cielo razo
Se sumerge en la cascada de jade que une al mar con el cielo,
Y de ahí respira tu mirada.
Venenoso arte
de Venus
Verdor
de
verdes
ojos
verdes.
Por Elu.