viernes, 5 de abril de 2013

De día a la vida


Aquellos sinuosos modos de cuando escuchando esa canción tuya te encuentras. Tal canción con cual no puedes detener llanto alguno –aún sólo dentro-. Aquellos modos andando me llevan esta noche, luego de beber un tanto mucho.

No lo sé de cierto, pero nosotros andamos siempre en busca de amor. Algunos encontramos su llegada lo bastante distante para, más allá de la inexistencia de la vida tal cual es, percibir. La vida como, tal vez, habría de ser.
Algunos encontramos el sentido de vida en algún lugar intermedio del evento y la palabra. A veces encontramos pequeñas chispas en risas, juegos, roces de mano, comunicación. Pero nunca siendo suficiente, escondemos el lento paso con prisa hacia las palabras cual único recurso que perdura. El único y último modo de confidencia con alguien, con ustedes, lectores. Porque, probablemente nunca lleguemos a notarlos siendo mientras leen. Porque, probablemente sólo encontremos al amor viajando con distancia por doquier, hacia lugares que podremos haber vislumbrado, pero jamás alcanzado.
Así que, sí. Bebí un tanto mucho sólo para encontrar camino. No encuentro amor. La familia ha sido siempre otro viaje del amor al que invitada no he sido. Y, en mi búsqueda, he muchos errores cometido con ilusorios amores, provocando e induciendo ilusorios sentidos.  
Bebí un tanto mucho. Esperé, busqué un tanto mucho. Nunca encontré un tanto poco, tal cual el alcohol se diluye tan pronto. Tal vez la cirrosis me alcance antes. Tal vez, entonces sea capaz de olvidar el daño suyo y de sus manos. De su cuerpo y mi cuerpo tan a su alcance, de tres años. De su cuerpo y sus manos que tomaron mi hogar y me desecharon. De sus manos y cuerpo que lo transformaron todo, ubicándolo a él cual elegido de protección y… amor.
Tal vez tan sólo despierte un día de todo esto, encontrando una no tan distanciada vida del hogar en todo.
Tal vez encontraré amor en pequeñas chispas de risas, juegos, roces de mano y comunicación sin la inutilidad coexistente. Hasta entonces, agradezco a ustedes dejar esconder mi lento paso con prisa. Agradezco a ustedes ser parte de mi único y último modo de confidencia con alguien.
Porque, probablemente, nunca podré notarlos ser mientras leen.
Porque, probablemente, sólo encuentre al amor viajando con distancia por doquier, hacia lugares que podré haber vislumbrado, pero jamás alcanzado.

Por Lucie Labra.