lunes, 13 de mayo de 2013

Agua y espiga


Cuando vi el trigo en tus ojos supe

Que me había salvado del hambre

Y al penetrar el mar en tu vientre
Que estaba a salvo de toda sed


Cuando vi que la sal de tus ojos
Mojaba el desierto de tus labios

Supe que habitaban en mi boca tus silencios


Pero cuando regresaste al fuego
Y las llamas consumieron tu alma
Y el trigo y el mar fueron ceniza

Cuando todo se sembró de las tinieblas

Supe otra vez de la sed y el hambre

Y tuve miedo...


                                   Hernán Sicilia (23)