martes, 22 de enero de 2013

Sin existir.

El furor de las mañanas reflejan la extrañeza de los días,
que vienen a mecerse como el oleaje del mar,
y pasan inciertos sin destino, sin final.


La bruma que hay me hace pensar en todo,
aparecen de pronto los recuerdos,
en ese momento todo lo cuestiono.


Mi mente se ha ido de ahí, ya no estoy,
pareciera que me estoy viendo como si fuese un espectador
del propio mundo que girando me rodea,
puedo verme libre de todo atavismo, libre de mi.
Desearía permanecer así, sin existir.


Por Arai G.