domingo, 6 de mayo de 2012

Tinta sobre tu espalda...


Tu piel inmaculada se presenta ante mis ojos, haciendo nacer una sensación inquietante. Una sensación perturbadora que así como me confunde me enamora, me enamora a cada instante. La superficie de tu cuerpo emana el aroma que ansiaba respirar desde hace mucho tiempo atrás, refleja el brillo del sol de una manera insospechadamente bella, que  cautiva el mirar de cualquiera que se deje, como yo, y seguro estoy que unos cuantos más. ¿Cómo no caer rendido ante la figura que proyecta tu silueta? ¿Cómo ser indiferente a tu andar? Si la tentación es imposible de vencer y tu imagen imposible de olvidar. De todo lo que eres, de todo lo que tienes, nada he podido probar, nada he podido obtener, ningún deseo he sido capaz de callar. Y no sé qué hacer. No sé qué hacer para quitarme estas ansías, estos deseos de conocerte tan sutil y profundamente  como parte  de tu cuerpo, de explorar tus deseos, compartir tus sueños, acompañarte en un viaje sobre las nubes, sin despegarnos del suelo. Estas ansías que me consumen por dentro, y por fuera las oculto.

Y todo esto, es por tu piel.

El color indescriptible de tu tez, el tacto que aún en sueños desconozco, el sabor que me imagino y el aroma de tus poros. Crean en mi imaginación un sinfín de escenarios, todos teniéndote a ti como protagonista, y a mí como un vulgar espectador que es invitado a participar en la puesta en escena, quien no sabe qué hacer, pero disfruta cada momento.

Y cuando me doy cuenta que no te tengo, prefiero ponerme a pensar. Pensar en cómo, si te tuviera a mi lado, vaciaría estas palabras sobre tu piel con tierna celeridad, convirtiendo mis deseos en tinta sobre tu espalda y mis sueños en una gloriosa realidad.

Por Flavio Reyna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No cabe duda que el amor es la mejor fuente de inspiración en las personas. Me encantó.