lunes, 23 de julio de 2012

Pasional 22. Casualidades.


Lo hicieron rápido, apresurado. Y sin darse cuenta, como autómatas al terminar, se pusieron el pantalón, las medias, los zapatos, el calcetín, la blusa. Se dieron un beso fugaz, beso a la plancha, o quizás al vapor: sabor salado o agridulce. Habían entrado a la habitación para descubrirse mutuamente, para conocer entre las sábanas su verdadera naturaleza. Y salieron de ella como un par de desconocidos, extraños jugando a conocerse. Partieron del hotel cual estampida errante, y al despedirse regresaron a pretender ser todo aquello que no son. Todo aquello que se erige como la antítesis de un ser misterioso que vive entre las sudorosas sábanas, y las pringosas almohadas de una solitaria habitación.
Alan Santos.

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