Como pabilo
encendido,
la punta
de la llama
en el pistilo,
huésped
de la cuna
de mi sexo.
Cuerpo recipiente
de tu cuerpo,
te esperan
mis labios
como cruzados de piernas,
mi boca
hospedera
de sememas
tuyos,
intelecto
invadido
de tu horcajadura.
Replétame
de dedos
palpados
con mis muslos,
de dedos
de olfato y gusto.
Mecha de vela
arde alta
entre mis piernas,
hervor
de imagen sonora
y sensorial
que me sopa.
Replétame
de tacto
de tacto
y de sonido,
no lo siegues,
sigue
diciendo
un poco mudo
mi nombre.
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