Nada más
que bocas
de sonrisas chuecas.
Bocas
y besos en las manos,
besos en las manos
que besan de lengüita
los dorsos de las manos,
como en la infancia,
para aprender a darlos.
Eres mi bocado
de alcohol y manjar
que se siente en todo el cuerpo,
encaje pegado a la carne
de sudor y deseo.
Amables se saludan nuestros ojos,
ojos pequeños
que sonríen,
que se plisan.
Ojos ajenos
que caen mal
a veces.
Que se ponen sombreros diminutos,
que se desnudan
a veces.
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