Me has dejado miles de fantasmas;
y cada uno lleva tu marca.
Las impresiones de tus manos surcando mis oleajes,
los fantasmas de tus ojos mirando fijamente a los míos
como si fuesen infinitos mares.
Me haz dejado, el fantasma de tu voz, inundando mis oídos,
y qué decir del espectro de tus labios adheridos a los míos.
¡Qué ironía!, te haz ido, pero aquí, te quedaste.
Te fuiste sin dejarme.
Y tengo la incertidumbre de que alguna vez exististe.
Por Arai G.
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