que toma de la mano
a la dama que promete
vivir en el hogaño.
Es el dolor de un viaje
que no tiene parajes.
La promesa rota se funde,
se une para mostrar nada
que a alguien pueda lastimar,
la dama vive ahora en el antaño.
No esperéis al carruaje,
que tu vida anda sin
esos caballos salvajes,
se impaciente y vete,
por que la promesa esta suelta,
aquella dama que vivía,
ahora se escurre
en lágrimas de melancolía.
Por Carlos Osorio
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