Dejo mi afición
a mis pieles
y pliegues
irregulares
y deformes,
me olvido
del vientre rugoso
de los calzones de niña
del ombligo profundo
que tú quieres.
Me aferro
a mi pelo
de sirena
que me cubre
la cintura,
a la cola
de un silencio
que se asoma,
que resalta
un hueso,
al pezón
imperceptible
y horadado
a mi axila mojada
a ti aquí
a mi mirada
dudosa
de olvidarme
de mis marcas
y entregártelas
a estar despierta
a mi olor a cuerpo
a tu beso a mi alma
de lengua
y de gastritis
a mi axila mojada
a ti aquí.
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